Retrato de Alejandro Magno, realizado en la época helenística. Fue hallado en Alejandría. |
Guión de trabajo
- Macedonia: qué era y dónde estaba. Su importancia.
- Alejandro Magno: origen. Sus conquistas. Su imperio.
- Los herederos de Alejandro: los reinos helenísticos.
- El legado de Alejandro Magno.
Para saber más
Flavio Arriano fue un historiador romano del siglo II de nuestra era. Escribió el libro titulado Anábasis de Alejandro Magno, en el que narraba sus grandes conquistas. Para redactarlo, utilizó numerosos libros contemporáneos a los hechos que relataba, que desgraciadamente no han llegado hasta nuestros días. Esta es la descripción que hizo del gran Alejandro:
Murió, pues, Alejandro en la 114 Olimpíada, siendo arconte en Atenas Hegesias. Vivió treinta y dos años y ocho meses, según dice Aristóbulo. Su reinado duró doce años y ocho meses. Fue el hombre de más bello cuerpo, más amante del esfuerzo y de mente más aguda, el más valeroso y amante de la gloria y de los peligros, así como el más piadoso con los dioses. El de mayor templanza con los placeres del cuerpo y, respecto a los placeres del espíritu, jamás se saciaba su afán de gloria. El más capaz de comprender lo necesario en medio de la mayor oscuridad y el más feliz en conjeturar lo verosímil cuando todo era meridianamente claro. Era también el más experto en organizar, equipar y ordenar un ejército. Como nadie sabía levantar el ánimo de sus soldados y colmarlos de buenas esperanzas, así como eliminar la sensación de miedo en los peligros por su propio desconocimiento de lo que es el miedo; el más noble hombre en todos los asuntos Cualquier cosa que hubiera que hacer en situaciones difíciles, él lo realizaba con el mayor arrojo; y cuando había que arrebatar algo, adelantándose al enemigo, era el más capaz en anticiparse, antes de que nadie temiera que esto fuera a ocurrirle. De total fiabilidad en guardar lo pactado y convenido, el más astuto en no caer en las trampas de los embaucadores; económico al máximo con el dinero invertido en su propio placer, y muy generoso en beneficiar a los demás.
Que en algo errara Alejandro a causa de la precipitación o por imitación, o incluso si llegó a caer en ciertos hábitos bárbaros por un exceso de orgullo, no lo considero grave, si se tiene en consideración, no sin indulgencia, su juventud, sus ininterrumpidos éxitos y el séquito que acompaña a los reyes por adulación, no para aconsejarles en lo mejor y que siempre colaborarán con ellos para su perdición. Sé, por contra, que Alejandro fue el único rey de la antigüedad que sintió arrepentimiento por sus yerros, debido a su noble manera de ser.
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