sábado, 27 de abril de 2013

Grecia arcaica

Kouros Anavissos
En el siglo VIII aC los habitantes de Grecia han recuperado un grado de desarrollo cultural comparable al anterior a la Edad Oscura. De nuevo construyen ciudades, crean un nuevo sistema de escritura, y realizan numerosas obras artísticas. Pero el resultado es novedoso: ha nacido la civilización griega.

Guión de trabajo de la Grecia Arcaica
1. Qué es, por dónde se extiende y cuándo.
2. Creación de las polis. Qué es el sinecismo.
3. Cómo eran las polis: murallas, acrópolis, ágora, etc.
4. Organización de la sociedad
5. Evolución política.
6. La gran colonización.

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Para saber más
 
Todos los ciudadanos se encargaban de defender su ciudad respectiva: el hoplita es el ciudadano-guerrero.

Los griegos mantuvieron y perfeccionaron el dominio marítimo de cretenses y micénicos. Una de sus grandes innovaciones  fue la sustitución del tradicional pentecóntero (barco de guerra impulsado por cincuenta remeros), por el trirreme, barco impulsado por tres niveles superpuestos de remeros. Este último poseía una gran maniobrabilidad (gracias a su entrenada tripulación) y una mayor potencia, fundamental para el ataque con el espolón a un barco enemigo. Las siguientes ilustraciones preceden del libro de Jacques Martin titulado La Marine Antique, tomo 1.



Otra posible disposición de los remeros.

Al igual que los fenicios (¿recuerdas el viaje de Hannon por la costa de África hasta el golfo de Guinea?), los griegos realizaron auténticas proezas náuticas. Aunque sea posterior a esta época, aquí tienes información sobre el viaje de Piteas de Marsella en el siglo IV aC, en el que exploró el norte de Europa.




Polibio, importante historiador griego del siglo II aC, lo cuenta así, sin acabar de creerselo:
«Piteas pretende haber recorrido todas las partes accesibles de Bretaña y calcula la circunferencia de esta isla en más de 40.000 estadios. Piteas es quien nos habla de Thule y de las regiones donde no existe tierra propiamente dicha, ni mar, ni aire, sino una especie de concreción de estos elementos parecida a la materia de las medusas, masa que, envolviendo a la tierra, al mar, a todas las partes del universo, es como lazo común al través del cual ni se puede navegar ni andar. Esta masa, agrega, parecida a la substancia de la medusa, puedo asegurar que existe por haberla visto; en lo demás que refiero me atengo al testimonio de otros. Tales son las relaciones de este viajero, que además asegura haber visitado, a su regreso de aquellas regiones, todas las costas de Europa en el Océano, desde Gades a Tanaïs. Pero un particular, y particular poco rico, cual era Piteas, ¿cómo ha podido emprender tan largos viajes por mar y tierra? (...) Si el mismo Hermes se vanagloriase de haber hecho otra tanto, nadie le creería, y no obstante, Eratóstenes, que trata a Evemeres de Bergea, da fe al relato de Piteas, que el mismo Dicearco no cree.»
Polibio, Historia Universal, libro 34, capítulo VI.

miércoles, 24 de abril de 2013

La Edad Oscura

Centauro de Lefkandi
  1. Dónde, cuándo y por qué.
  2. Las leyendas de la guerra de Troya.
  3. La Troya real y la expansión griega en Asia Menor
  4. Arte: arquitectura, cerámica.
Para descargar la presentación que utilizaremos en clase pincha aquí.

Comienza a utilizarse el hierro

Para leer más
Muchas de las más antiguas leyendas griegas (la guerra de Troya, las aventuras de Ulises, los trabajos de Hércules, Jasón y el vellocino de oro...) conservan el recuerdo de la primera gran expansión griega, que tuvo lugar durante estos siglos oscuros. A continuación tienes uno de los episodios más conocidos de la Odisea, adaptado por Roy Thomas y Greg Tocchini. Pincha sobre las imágenes para aumentar su tamaño.








¿Conseguirán Ulises y sus hombres escapar de la cueva del cíclope Polifemo? La respuesta está en La Odisea.

jueves, 18 de abril de 2013

La cultura micénica

Eric Shanower, Edad de Bronce



  1. Dónde, cuándo y cómo nace
  2. Civilización guerrera y marítima
  3. Las ciudades: murallas, tumbas, megaron
  4. La escritura
  5. El arte: estatuas, orfebrería
Puedes descargar pinchando aquí la presentación que utilizaremos en clase.

La denominada Máscara de Agamenón

Para leer más

 Aquí tienes una breve historieta sobre el descubridor de Micenas (y también de Troya), realizada por Thierry Gioux:








martes, 16 de abril de 2013

Creta: la cultura minoica

"La Parisién", pintura del palacio de Knossos
  1. Dónde, cuándo y por qué nace.
  2. Los palacios: cómo eran.
  3. La talasocracia minoica: qué era. Importancia del comercio.
  4. El arte minoico: cerámica, estatuillas, pintura.
  5. La cultura: los toros y el mito del Minotauro; la escritura.
  6. El fin de la civilización minoica.
Puedes descargar aquí la presentación que utilizaremos en clase.
  
Para leer más
Otra historia de Papyrus, en esta ocasión ambientada en la isla de Creta. Se titula El laberinto. Aunque tiene mucho de aventura imaginaria, se puede observar cómo eran los palacios minoicos, sus ritos y costumbres, sus barcos, así como las relaciones que mantuvo con Egipto. Además juega un papel muy importante en este cómic la más destacada leyenda cretense: la del Minotauro en su laberinto.

Más breve, pero de gran calidad literaria, es este breve cuento sobre esa leyenda, escrito por uno de los mayores autores en español del siglo XX, el argentino Jorge Luis Borges. Puedes leerlo directamente, y disfrutar poniendote en el lugar del protagonista. Por cierto ¿quién es Asterión? Investiga sobre el mito del Minotauro.

LA CASA DE ASTERIÓN

Y la reina dio a luz un hijo que se llamó Asterión.
Apolodoro, Biblioteca, III, I

Sé que me acusan de soberbia, y tal vez de misantropía, y tal vez de locura. Tales acusaciones (que yo castigaré a su debido tiempo) son irrisorias. Es verdad que no salgo de mi casa, pero también es verdad que sus puertas (cuyo número es infinito*) están abiertas día y noche a los hombres y también a los animales. Que entre el que quiera. No hallará pompas mujeriles aquí ni el bizarro aparato de los palacios, pero sí la quietud y la soledad. Asimismo hallará una casa como no hay otra en la faz de la Tierra. (Mienten los que declaran que en Egipto hay una parecida.) Hasta mis detractores admiten que no hay un solo mueble en la casa. Otra especie ridícula es que yo, Asterión, soy un prisionero. ¿Repetiré que no hay una puerta cerrada, añadiré que no hay una cerradura? Por lo demás, algún atardecer he pisado la calle; si antes de la noche volví, lo hice por el temor que me infundieron las caras de la plebe, caras descoloridas y aplanadas, como la mano abierta. Ya se había puesto el Sol, pero el desvalido llanto de un niño y las toscas plegarias de la grey dijeron que me habían reconocido. La gente oraba, huía, se prosternaba; unos se encaramaban al estilóbato del templo de las Hachas, otros juntaban piedras. Alguno, creo, se ocultó bajo el mar. No en vano fue una reina mi madre; no puedo confundirme con el vulgo, aunque mi modestia lo quiera.
El hecho es que soy único. No me interesa lo que un hombre pueda trasmitir a otros hombres; como el filósofo, pienso que nada es comunicable por el arte de la escritura. Las enojosas y triviales minucias no tienen cabida en mi espíritu, que está capacitado para lo grande; jamás he retenido la diferencia entre una letra y otra. Cierta impaciencia generosa no ha consentido que yo aprendiera a leer. A veces lo deploro porque las noches y los días son largos.
Claro que no me faltan distracciones. Semejante al carnero que va a embestir, corro por las galerías de piedra hasta rodar al suelo, mareado. Me agazapo a la sombra de un aljibe o a la vuelta de un corredor y juego a que me buscan. Hay azoteas desde las que me dejo caer, hasta ensangrentarme. A cualquier hora puedo jugar a estar dormido, con los ojos cerrados y la respiración poderosa. (A veces me duermo realmente, a veces ha cambiado el color del día cuando he abierto los ojos). Pero de tantos juegos el que prefiero es el de otro Asterión. Finjo que viene a visitarme y que yo le muestro la casa. Con grandes reverencias le digo: Ahora volvemos a la encrucijada anterior o Ahora desembocamos en otro patio o Bien decía yo que te gustaría la canaleta o Ahora verás una cisterna que se llenó de arena o Ya veras cómo el sótano se bifurca. A veces me equivoco y nos reímos buenamente los dos.
No sólo he imaginado esos juegos; también he meditado sobre la casa. Todas las partes de la casa están muchas veces, cualquier lugar es otro lugar. No hay un aljibe, un patio, un abrevadero, un pesebre; son catorce (son infinitos) los pesebres, abrevaderos, patios, aljibes. La casa es del tamaño del mundo; mejor dicho, es el mundo. Sin embargo, a fuerza de fatigar patios con un aljibe y polvorientas galerías de piedra gris he alcanzado la calle y he visto el templo de las Hachas y el mar. Eso no lo entendí hasta que una visión de la noche me reveló que también son catorce (son infinitos) los mares y los templos. Todo está muchas veces, catorce veces, pero dos cosas hay en el mundo que parecen estar una sola vez: arriba, el intrincado Sol; abajo, Asterión. Quizá yo he creado las estrellas y el Sol y la enorme casa, pero ya no me acuerdo.
Cada nueve años entran en la casa nueve hombres para que yo los libere de todo mal. Oigo sus pasos o su voz en el fondo de las galerías de piedra y corro alegremente a buscarlos. La ceremonia dura pocos minutos. Uno tras otro caen sin que yo me ensangriente las manos. Donde cayeron, quedan, y los cadáveres ayudan a distinguir una galería de las otras. Ignoro quiénes son, pero sé que uno de ellos profetizó, en la hora de su muerte, que, alguna vez llegaría mi redentor. Desde entonces no me duele la soledad, porque sé que vive mi redentor y al fin se levantará sobre el polvo. Si mi oído alcanzara todos los rumores del mundo, yo percibiría sus pasos. Ojalá me lleve a un lugar con menos galerías y menos puertas. ¿Cómo será mi redentor?, me pregunto.
¿Será un toro o un hombre? ¿Será tal vez un toro con cara de hombre? ¿O será como yo?
El Sol de la mañana reverberó en la espada de bronce. Ya no quedaba ni un vestigio de sangre.
—¿Lo creerás, Ariadna? —dijo Teseo—. El minotauro apenas se defendió.

* El original dice catorce, pero sobran motives para inferir que en boca de Asterión, ese adjetivo numeral vale por infinitos.

domingo, 14 de abril de 2013

Todos somos griegos


Una buena parte de las palabras que utilizamos en nuestro idioma (y en el inglés, y en el francés...) son de origen griego. Lo hemos visto en nuestra propia asignatura a lo largo del curso: geografía, historia, atmósfera, hidrosfera, golfo, Mesopotamia, paleolítico... Y es que la ciencia, la medicina, la arquitectura, la política, la filosofía, la literatura, proceden de la ingente tarea que realizaron los antiguos griegos hace más de dos mil años. Nuestra civilización es el desarrollo de sus aportaciones a lo largo de los siglos. Y en ese sentidos, hoy todos somos griegos.

Casco corintio
Naturalmente los griegos no construyeron todo esto de la nada: al revés, admiraron, imitaron y se inspiraron en los logros de egipcios y mesopotámicos. Pero transformaron estas influencias en una civilización nueva en la que, a diferencia de las culturas orientales, el centro de toda reflexión es el ser humano. Un pensador llamado Protágoras lo expresó de este modo: "El hombre es la medida de todas las cosas".


En las próximas semanas vamos a descubrir el mundo griego antiguo, su evolución a lo largo de dos mil años, y sus principales realizaciones. Comenzaremos con las primeras civilizaciones europeas, la minoica y la micénica, que todavía no pueden ser consideradas plenamente griegas. Le sigue una edad oscura en la que se produce un retroceso cultural. Cuando éste se supera, se inicia la espléndida cultura griega, que se difunde por todo el Mediterráneo. Es una época de enormes avances, aunque acompañados de conflictos, guerras y desastres. Se divide en tres etapas: arcaica, clásica y helenística.


Vamos a trabajar este tema de manera un poco diferente a los anteriores, como se explicará en clase. Por ello subiré los materiales al mismo ritmo en el que los emplearemos. Esto nos facilitará la preparación del examen, y conseguiremos mejores resultados. Mientras tanto, aquí tienes algunos documentos interesantes para abrir boca.

Para leer más

El documento Grecia y Roma es la continuación de los que ya hemos utilizado para Prehistoria y Civilizaciones de Oriente Antiguo. Mucha información de forma gráfica y amena.

Homero compuso La Iliada para narrar los episodios más dramáticos de la guerra de Troya. Miguel Ángel Sepúlveda lo convirtió en este excelente cómic.

Para los valientes. Aquí tienes, completas, las penalidades de Ulises y las astucias que emplea para regresar a su casa tras la guerra de Troya. La Odisea es el primer gran relato de aventuras, y todos los demás (incluyendo las películas de la tv) son deudoras suyas.

sábado, 6 de abril de 2013

Estamos en América

Gran Cañón del Colorado, Estados Unidos
Ya estamos de vuelta. Para tener una rentré cómoda, vamos a comenzar con el mapa físico de América. Le dedicaremos sólo esta semana, ya que nos urge emprender un proceloso viaje hacia los orígenes mismos de nuestra civilización, la antigua Grecia.



La presentación que utilizaremos en clase la puedes descargar aquí. Y recuerda que si deseas más mapas mudos, los puede obtener en el blog Atlas Geográfico (arriba, a la derecha).

Bosque amazónico.